Aunque lo consideremos verdura en la cocina, el pepino, desde el punto de vista botánico, es de hecho una fruta. Más allá de esta catalogación, lo importante es que dicha fruta tiene propiedades antioxidantes, refrescantes, hidratantes y analgésicas. De hecho, se usaba de forma natural y habitual para aliviar las quemaduras solares y luchar contra las ojeras, convirtiendo las rodajas de pepino sobre los ojos en el cliché por excelencia de la cosmética natural.
Contiene vitaminas A, B, C y E y es rico en minerales: hierro, calcio, magnesio, fósforo y potasio.
Tiene un efecto tensor en nuestra piel, dejándola más lisa y tersa. Nos ayudará a conseguir un tono más uniforme a la vez que le proporcionará luminosidad a las pieles “apagadas”. Otro de sus efectos beneficiosos, al margen del objetivo que nos ocupa, es el de liberar los poros en pieles grasas y reducir su tamaño debido a sus propiedades astringentes.
Para nuestro propósito, es el aliado perfecto del perejil.
Para conseguir una mayor efectividad, la fórmula de la crema María Gan incorpora un suplemento de vitaminas C y E.
Presentación: envase de 100 ml, con sello protector de aluminio.
CPNP: 1096506
No contiene parabenes, ni alérgenos, ni hidroquinona.